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Sabores de la amazonía

AçAI COCINA AMAZÓNICA

Andrews Arrieta

Açaí es un fragmento del corazón de la selva amazónica en el corazón del país. 

Es una experiencia en la que van a encontrar una de las tantas riquezas que tiene Colombia, no solo en producto sino en cultura y saberes ancestrales. Es un restaurante que se enfoca en dar alimento a los comensales basado en los conocimientos de las comunidades indígenas, campesinas y pescadoras.

En el extremo de una vasta extensión territorial, tan densa  que desafía a la imaginación humana, se encuentra una peculiaridad geográfica.  Aunque la Amazonía colombiana abarca  más de cien mil kilómetros cuadrados, el Trapecio Amazónico ocupa solo  una pequeña porción de esa inmensidad. Diez mil kilómetros cuadrados son suficientes para albergar  lo inimaginable, lo mágico y lo desconocido en un solo lugar.

 

En esta frontera se encuentra la ciudad de Leticia, capital de la región amazónica, un lugar  multicultural, donde, en pocas  horas, se pueden visitar tres países del continente suramericano: Ecuador, Brasil y Perú. Aquí no es necesario  creer en cuentos de seres fantásticos ni en historias de personas  dotadas con poderes  sobrenaturales.  , En esa extensión fronteriza  trinacional, apenas vislumbrada en mapas,  es posible encontrar especies de aire, tierra y agua tan únicas  y hermosas como uno pueda imaginar. .

 

Sin embargo,  la inmensa mayoría de estas especies son desconocidas para la cultura occidental. En esta espesa selva, cuidada por las manos de los indígenas de la región, habitan más de 1500 especies de aves , incluyendo 260 endémicas; una cantidad incalculable de especies acuáticas que surcan los ríos  amazónicos, estimándose alrededor de de 9000 tipos de peces; además de numerosos mamíferos, reptiles, anfibios, arácnidos y mariposas,  cuyo recuento se incrementa diariamente, lo cual dificulta  estimar con precisión  lo que podría encontrarse en este lugar que, además, enfrenta las inclemencias de los climas tropicales.

 

Este trapecio selvático se distingue por una densa e  indomable cadena forestal que protege  la cosmogonía de las comunidades indígenas, las cuales  han preservado sus usos y costumbres a lo largo de los años, a pesar del impacto  del turismo y las nuevas industrias. Comunidades como la Tikuna, Cocama y Yagua, resguardan las costumbres que les permiten mantener una relación armoniosa con las especies nativas. Es en este lugar, , donde lo invisible y desconocido se transforman en relatos maravillosos, que los sabores, olores y texturas de los frutos de la naturaleza se convierten  en una experiencia sensorial inigualable para el paladar y en una expresión  de la identidad de toda una región.

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MOJOJOY

En  el interior de los árboles de esta región, rica en especies que consideramos  exóticas por su rareza y dificultad para imaginarlas como comestibles, , encontramos  un pequeño ingrediente, descubierto en el seno de la tradición indígena de las comunidades amazónicas, y digno de grandes elogios por su riqueza proteica: El Mojojoy, también conocido como  chisas o  gallinas ciegas.

 

Este  pequeño insecto de  poco más de tres centímetros, con forma cilíndrica y una cabeza algo dura, es todo un fenómeno visual. Quienes lo ven por primera vez  suelen mostrar sorpresa e impresión ante lo que técnicamente es la larva del escarabajo picudo. Sin embargo, al superar  su apariencia y comprender que es un alimento con  alto nivel de nutrientes, proteínas, grasas y propiedades naturales, que podría contribuir a alcanzar la seguridad alimentaria de las regiones, descubren  en él un sabor que difícilmente podría ofrecer  otro alimento.

 

Su recolección es un proceso particular. Se encuentra en  en las palmas del Amazonas, pero si se desea  cultivar, basta con  cortar el tronco de estas palmas, abrir un hueco en su centro y permitir que la hembra ponga sus huevos. En  dos o tres meses se puede obtener una cosecha de mojojoy. En  las comunidades locales se consume  incluso crudo, pero para el resto de comensales puede servirse cocido, asado, tostado o ahumado, acompañado con salsas, costras o ingredientes de la región. Aquellos osados e que acepten el reto, pueden  descubrir  en un solo mordisco el sabor único y codiciado de este llamativo insecto. 

TUCUPÍ

Preservar el valor de los ingredientes y la comida ancestral de la región amazónica es el objetivo de quienes han hecho del Tucupí un exponente destacado de la región. Han logrado que esta salsa especial empiece a salir de su entorno  tradicional y encuentre  cabida en la escena gastronómica sin perder su esencia;  conviertiendose  en el primer alimento colombiano en entrar al ‘Arca del Gusto’, el catálogo mundial de alimentos en peligro de extinción.

 

También llamado ‘Ají negro’, ‘Casaramá’, ‘Catará’ o ‘Yomaki’; el Tucupí es una preparación  tradicional   de   las comunidades indígenas del  Amazonas, cuya receta solo es elaborada y transmitida de generación en generación  exclusivamente por sus mujeres. . El Tucupí es una explosión de sabores que desafía los sentidos. Esta salsa, con su aspecto oscuro y espeso, es una mezcla de ingredientes muy particulares  que  esconden un toque secreto, dotando  a esta preparación, , de unsabor complejo y único: un matiz  salado y picante, un poco de dulzor contrastado con una nota  ácida y el infaltable rezago amargo.

 

Aquellos que prueban   un  alimento acompañado con esta salsa intentan  descubrir  el secreto  de su preparación, un sabor único que solo se logra  siguiendo  las reglas de la tradición.

 

El Tucupí, tan complejo y sencillo a la vez,  es  una salsa fermentada para condimentar, hecha   con la pulpa de la Yuca brava, un producto particular de las tierras Amazónicas.. Este  tubérculo  originario  de las comunidades indígenas de la  región, , quienes de acuerdo a sus conocimientos y costumbres gastronómicas, logran identificar entre 70 y 200 variedades. Aunque la yuca brava cruda contiene componentes tóxicos que  producen cianuro y acetona en el cuerpo humano; sin embargo su cocción y técnicas de preparación eliminan estos  peligrosos  compuestos, convirtiendo a este alimento en  un verdadero elixir para el paladar.

 

La preparación del Tucupí consta de cinco pasos esenciales: rallar la yuca brava, exprimirla, fermentarla y cocinarla. Es en este paso donde se desata  la magia. Una vez cocinada,  se le añaden ingredientes como  ajíes, hormigas, insectos y otros elementos ancestrales que crean una  experiencia gustativa incomparable para aquellos que, en su búsqueda por encontrar la esencia de un país en un plato, se atreven a explorar  sus rincones más recónditos.  

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PIRARUCú

El Amazonas no es solo un espacio selvático misterioso y temido  que guarda  los espíritus más poderosos  de la naturaleza. También es un territorio rico en fuentes hídricas, especialmente  de agua dulce. Allí habitan especies acuáticas de  todo tipo y clasificación. Entre esta inmensa diversidad de peces que se  encuentran  en las sinuosas corrientes fluviales del Amazonas, destaca una en particular: el el  Pirarucú, también conocido como  Arapaime o  Paiche. en algunas regiones del extenso Amazonas. Es el el pescado blanco de agua dulce más grande de América del Sur y uno de los más grandes del mundo. Puede llegar a medir entre tres y seis metros y pesar hasta 200 kilogramos,con posibilidades de llegar a duplicar ese peso.

 

El Pirarucú parece salido de  las historias más fantasiosas, no solo por  sus dimensiones, sino también por sus características  físicas y  colores, que abarcan  una amplia gama deverdes,  grisáceo cobrizo,  azulados, y  toques de amarillo, naranja y rojo. Esta última tonalidad,  de hecho, da sentido a su nombre, que en la lengua  tupi se traduce como  “pez rojo”. Este imponente pez, se ha convertido en un ingrediente  cada vez más presente y vanguardista en el mundo culinario,    ya que ha dejado de ser solo la base de la alimentación de los habitantes de la Amazonía para   ser exaltado en  nuevas preparaciones que destacan  su sabor  exótico.

 

Este  imponente pez, con sus  escamas prominentes y su considerable peso,  es una especie escasa en el mundo.  Su interior es casi completamente aprovechable,  permitiendo obtener  de un solo ejemplar , diversas preparaciones en cantidades considerables.  Durante  mucho tiempo,  los pescadores de la cuenca del Amazonas han  intentado  proteger esta especie, ya que su reproducción es difícil fuera de su hábitat tropical. . Aunque  no se ha declarado oficialmente en  peligro de extinción, debido a la dificultad de  hacer su conteo exacto, los habitantes de la región constantemente  expresan su preocupación  de que uno de los  alimentos básicos de su dieta  está en riesgo de desaparecer.  Esto  tendría un impacto  medioambiental considerable, teniendo en cuenta que  la presencia del Pirarucú en las aguas del Amazonas es un indicativo de salubridad y bienestar del ecosistema.

 

Este  pez, que ahora  se encuentra en la cima de los ingredientes que llevan la esencia de la Amazonía,  aquienes se atreven a probarlo, es  fundamental para entender la identidad de toda una región que seguimos explorando.

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CHICHARRÓN DE PIRARUCÚ

Sumergirse  en la identidad de la región amazónica y  comprender su inmensidad, es un reto  que implica aceptar su esencia,  desde sus espacios y costumbres hasta sus  productos y alimentos más tradicionales. .

 

Entender  el Amazonas no es solo conocer sus  recetas tradicionales basadas en conocimientos ancestrales poco convencionales. Es comprender que en este lugar, productores y  comerciantes se esfuerzan por  dar un tratamiento óptimo a cada producto del  territorio,  para transformarlos en   creaciones que combinan  ingredientes autóctonos. Así,  surgen platos, que desafían  los paradigmas de lo exótico e incomible, resignificando las preparaciones y recetas de  ciertos alimentos poco conocidos.

El Chicharrón de Pirarucú es una de estas recetas que llevan al comensal  a redescubrir  sabores y texturas. . Esta sencilla preparación  consiste en trozos del gran pez amazónico recubiertos con  una costra de diversos  ingredientes, otorgándole una textura crocante. Puede ser  acompañado con  diversos  aderezos  como salsas de mango, ajíes, tucupí o tacacho de plátano, entre otros. . Su preparación es cada vez más valorada por los restaurantes de alta cocina, ya que  transforma  un ingrediente  sorprendente que proviene de uno de los rincones más enigmáticos del país, en una elaboración  sofisticada que ofrece una gama de sabores poco comunes y difíciles de lograr.

 

La clave de este plato radica en  la frescura y el aroma del Pirarucú,  cuidando cada detalle de su preparación y preservando las técnicas y conocimientos tradicionales. Hay quienes dicen que para alcanzar el máximo sabor,  debe  secarse con sal al menos 12 horas antes de cocinarlo,   mientras otros afirman que el secreto está en condimentarlo con tomate, cebolla, pimienta, ajo, salsa de soya, limón o ajíes de la región. Lo fundamental es el  tratamientoadecuado del escaso y exclusivo ingrediente para conservar su sabor auténtico,  antes de  sumergirlo en mezclas de harinas y cereales que le darán  la textura deseada para un chicharrón.

 

Generalmente, la cubierta se  hace con harina de yuca, sal y pimienta. Sin embargo, en restaurantes como Açaí, lo sirven con una costra de quinua, ofreciendo una vivencia auténtica con un toque de sofisticación. Cada bocado despierta los sentidos y por un segundo,  el espíritu se transporta en un viaje profundo al corazón del Amazonas.   Es una experiencia que puede marcar el final de un  recorrido por esta región o, por el contrario, el  inicio de una nueva aventura. 

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